Frente al horror de la guerra colonial recuperar las alternativas poscoloniales del movimiento indígena*

Foto tomada del Facebook de la CONAIE

Por: Francisco Hidalgo Flor, Sociólogo ecuatoriano. Profesor en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Central del Ecuador. Docente en las asignaturas de: Sociología Agraria, y, Teorías del Desarrollo; correo: fjhidalgo@uce.edu.ec


El escenario mundial en esta segunda década del siglo XXI está marcado por el horror y pareciera haber pocas alternativas. Horror ante la ejecución indetenible de una guerra genocida, de exterminio, en pleno siglo XXI que sufre el pueblo palestino. Guerra genocida que rechaza la mayoría de la humanidad, frente a la cual fallecen las instituciones mundiales que debieran pero no pueden contenerla.

Una de las posibilidades de contener el genocidio provendría de aquel andamiaje institucional y jurídico, de nivel supranacional, que se edificó luego de la segunda guerra mundial, la Organización de las Naciones Unidas, la Corte Internacional de Justicia, como garantes de una convivencia humanitaria, se evidencian incapaces de impedirlo, sobrepasados por un aparato imperial, financiero y militar, colonialista y racista, de dominio, que todo lo devora.

Frente a este andamiaje imperial – colonial, que combate con armas y también con aparatos ideológicos transnacionales, deriva de un patrón de poder capitalista y racista de alcances mundiales, aparece como indispensable recuperar, profundizar, otras opciones, alternativas anti – coloniales, o poscoloniales, para recobrar sentidos de sensatez y solidaridad, de paz y humanidad.

Ninguna nación es superior a otra, ni está legitimada o autorizada para someter o aniquilar a otra nación ; ningún grupo humano, sea que se identifique como clase, casta o raza, está legitimado o autorizado para someter o aniquilar a ningún otro grupo humano. Ninguna cultura, sea que se llame como tal, o se denomine religión, o ideología, es superior a otra, ni está legitimada o autorizada para someter o anular otra cultura. Esta es una demanda humana tremendamente actual, que se acentúa ante el horror imperante y hace indispensable recuperar alternativas, más allá de un orden mundial que sucumbe.

Alternativas, otros caminos, otras perspectivas, que recuperen sentidos y sentires humanos, que se animen a pensar y plantear horizontes de cambio pos – coloniales, pero también pos - capitalistas.

¿Hacia dónde dirigir las miradas? Proponemos que uno de esos lugares lo podemos encontrar en los programas sociales, políticos y culturales alternativos orgánicos de los movimientos sociales.
Entendiendo por tales a proyectos que surgen desde las clases, capas, etnias, populares, a propuestas con capacidad de involucrar, incorporar, sectores sociales, organización y dispositivos de acción y lucha.

Dentro de esa trayectoria, proponemos, en este artículo, recuperar, retomar, vitalizar, el proyecto que emergió de los nuevos movimientos indígenas latinoamericanos a fines de los noventa e inicios de los 2000, y que, en el caso de Ecuador, se plasmó en el Programa por la Plurinacionalidad, Interculturalidad y el Buen Vivir.

Cabe decir que proyectos similares, aunque con sus especificidades, lo han expuesto movimientos indígenas en Bolivia, Perú, Guatemala, Chile y México, entre otros.

En el caso de Ecuador nos remitimos a la formulación de este programa en los documentos orgánicos de la Confederación de Nacionalidades Indígenas, también recuperamos textos de lideresas y lideres históricos de esta organización.

Este programa tuvo sus primeros pasos, en los años 80 del siglo XX, en torno a la identidad y organización de pueblos y nacionalidades indígenas, se fue consolidando a la par de la afirmación del agrupamiento y la lucha de los pueblos en los denominados Levantamientos Nacionales, y en el caso ecuatoriano implicó la estrategia de la demanda de procesos constituyentes, en una tercera fase incorporó la lucha contra las medidas neoliberales.

Una de las virtudes de esta trayectoria es que son propuestas que emergen del debate, en la organización y lucha de las propias agrupaciones indígenas, que se nutre y diversifica en el combate al colonialismo interno y al neoliberalismo, con triunfos y derrotas en un proceso político donde va ganando protagonismo las demandas indígenas que se juntan con las luchas de obreros, magisterio, el movimiento femenino y el ecologista.

Este artículo va sobre la exposición de los contenidos de este programa, vamos a respetar el lugar de enunciación de la organización del movimiento indígena contemporáneo ; reconociendo que sobre estos conceptos hay otros aportes y definiciones desde ámbitos de la academia formal, pero no los insertamos en este texto.

Es un Programa que se fue elaborando en la evolución de la organización, la lucha e incidencia política del movimiento indígena, en primer lugar, hubo consenso alrededor de la Plurinacionalidad (1990), luego se incorporó la Interculturalidad (2001) y finalmente el Sumak Kawsay – Buen Vivir (2007).

Estamos frente a un programa alternativo que emerge desde los debates y demandas del movimiento social. Este es un hito clave del proceso indígena en Ecuador y otros países de la región, y desde ese pilar fundante ya rompe con una de las trabas que montó el colonialismo, aquello de que son otros los que hablan en nombre de los indígenas, son otros los que escriben en nombre de los indígenas, lo que el antropólogo Andrés Guerrero [1] definió como “ventriloquía” y “transescritura” dentro de una estrategia estatal de “administración de poblaciones”.

Este programa indígena enfrenta a la colonialidad del poder, como patrón de subordinación que articula capitalismo y racismo. Una de las virtudes de la definición de Quijano (2000) cuando recalca que se trata de un modo de dominio a nivel global, no se reduce, ni limita, a un solo país o una sola región. Proviene desde la instauración del viejo sistema colonial, allá por los siglos XV y XVI, que luego se articula al sistema capitalista – imperialista, siglos XIX y XX, y está en plena vigencia dentro de lo que hoy se denomina Globalización.

Por lo tanto, el programa de Plurinacionalidad, Interculturalidad y Buen Vivir enfrenta una problemática mundial : capitalismo – colonialismo – racismo.

Se trata de un programa integral, pero por afanes expositivos, vamos a abordar las nociones una por una, luego las volvemos a articular. Señalar también que ellas se tornan en demandas estratégicas en las acciones de lucha de alcance nacional y local, se encuentran insertas en la dinámica de la lucha social y política concreta, en un contexto de crisis política y económica.

Nos basamos en tres documentos orgánicos de la Conaie, que a su vez corresponden a tres coyunturas que permiten la consolidación de la organización y del programa que promueve. Siempre es necesario señalar que la Conaie no es la única organización indígena en el Ecuador, pero si aquella en torno a la cual se logra plasmar y sinterizar este programa alternativo étnico, anticolonial, y la que tiene mayor repercusión en su capacidad de convocatoria.

Estos documentos son : “Proyecto Político de la Conaie” del año 1994 [2] ; luego una versión que modifica levemente el anterior : “Proyecto Político de las Nacionalidades y Pueblos del Ecuador”, del año 2001 [3] ; y, “Propuesta de la Conaie frente a la Asamblea Constituyente” del año 2007 [4], a ellos añadimos textos públicos de lideresas y lideres históricos del nuevo movimiento indígena : Nina Pacari, Luis Macas y Patricia Gualinga.

Plurinacionalidad

En el “Proyecto Político” sobre Plurinacionalidad plantea : “La plurinacionalidad se sustenta en la diversidad real e innegable de la existencia de las Nacionalidades y Pueblos del Ecuador como entidades económicas, políticas y culturales históricas diferenciadas. La plurinacionalidad propugna la igualdad, unidad, respeto, reciprocidad y solidaridad de todas las nacionalidades y pueblos que conformamos el Ecuador. Reconoce el derecho de las Nacionalidades a su territorio, autonomía política y administrativa interna”. (CONAIE, 2001 : 2.4)

En el documento sobre Nueva Constitución propone : “El estado plurinacional es un modelo de organización política para la descolonización de nuestras naciones y pueblos. Es reconocer no solamente el aporte de los pueblos y nacionalidades indígenas al patrimonio de la diversidad cultural, política y civilizatoria del Ecuador, sino que buscar superar el empobrecimiento y la discriminación de siglos de las civilizaciones indígenas. Los pueblos y nacionalidades por sus peculiaridades socioculturales, políticas e históricas reclaman derechos específicos y que son aportes como valores simbólicos, formas de ejercicio de la autoridad y sistemas de administración social de enorme mérito y valor político”. (Conaie : 2007, p. 14)

Comentemos que el componente de Plurinacionalidad dentro del Programa indígena para transformar la sociedad ecuatoriana, rompe con uno de los pilares del sistema político moderno : “un solo estado – una sola nación”, que va a la par del postulado de “un solo estado – una sola cultura”, ese estado monolítico es el que recubre al sistema capitalista – colonial, esa única nación y cultura que se reconoce como moderna e industrial, blanca – mestiza, urbana y cosmopolita, que frente a las pueblos indígenas aplicó una estrategia de “administración de poblaciones”, con lo cual negó la participación política directa a estos sectores, los excluyó del sistema oficial, los trató de marginales y delegó en instituciones locales el procesamiento de sus demandas.

El Programa al plantear el reconocimiento de otros pueblos y nacionalidades es aceptarles oficialmente como “entidades económicas, políticas y culturales”. Ello implica propugnar un sistema político de igualdad, reciprocidad y solidaridad entre las diferentes clases, capas y etnias existentes, esto va la par “superar el empobrecimiento y la discriminación” a la que estructuralmente han sido sometidas las poblaciones indígenas.

La plurinacionalidad va de la mano del reconocimiento de los territorios indígenas, aquellos ya vigentes pero también aquellos que son demandados en restitución frente al despojo terrateniente, minero o petrolero, es también acatar el sistema de gobernanza propio de las nacionalidades indígenas.

El pilar de la plurinacionalidad es la recuperación y revalorización de la sociedad comunitaria indígena, que es un ordenamiento colectivo basado en mecanismos internos de solidaridad, reciprocidad, apoyo mutuo. Va ligado a una jurisprudencia de los pueblos.

Además, implica que el sistema estatal asuma y considere la participación directa de los pueblos indígenas en la formulación y definición de políticas públicas, tanto en el nivel nacional, como en el nivel local, no solo en aquellas que tienen relación con las poblaciones indígenas, también en aquellas sobre desarrollo y bienestar.

En definitiva, son cambios en el sistema político que no solo competen a los pueblos indígenas, sino que conduce a transformaciones profundas en todo el país.

Interculturalidad

En el “Proyecto Político” sobre Interculturalidad plantea : “El principio de interculturalidad respeta la diversidad de las nacionalidades y pueblos, del pueblo afro – ecuatoriano y mestizo – ecuatoriano y demás sectores sociales, pero a su vez demanda la unidad de estas, en el campo económico, social, cultural y político, en un marco de igualdad, respeto mutuo, paz y armonía. El reconocimiento, promoción y vigencia de la diversidad garantiza la unidad y permite la convivencia, coexistencia e interrelación fraterna y solidaria entre nacionalidades y pueblos, lo que garantiza el establecimiento del estado Plurinacional”. (CONAIE, 2001, p. 2.5)

En el documento sobre “Nueva Constitución” señala que : “Interculturalidad implica la construcción de un proyecto de país entre todas y todos que propugne el respeto y valoración de toda forma de expresión cultural, de conocimiento y espiritualidad que exige la unidad de los pueblos y nacionalidades y de la sociedad entera como condición básica para una democracia plurinacional y una economía justa y equitativa. Uno de los ejes para el desarrollo de las culturas y para el ejercicio de la interculturalidad es la incorporación al sistema educativo de las lenguas de los pueblos y nacionalidades. Es imposible promover esas lenguas (y por lo tanto esas culturas, esas otras maneras de entender el mundo) si no hay un esfuerzo nacional y colectivo”. (Conaie : 2007, p. 22).

Comentemos que el componente de Interculturalidad dentro del Programa Indígena para transformar la sociedad ecuatoriana implica, en primer lugar, denunciar y desmontar el viejo colonialismo y el neo – colonialismo, su despojo material y cultural, que niegan a los pueblos indígenas, los desconoce como portadores de saberes, comprensiones, sistema social complejo, que ha logrado perdurar pese a los afanes de exterminio y anulación, incorpora la lucha contra la ideología racista. Como lo indica la dirigente amazónica Patricia Gualinga : “es el respeto que alcanzamos a tener entre nosotros, lo contrario a la interculturalidad es el racismo. El racismo es creerse superior a los otros pueblos, tener ese aire de “somos los que sabemos pensar, lo otros no” (Gualinga : 2021, p.55) [5].

La Interculturalidad va a la par del postulado de “unidad en la diversidad” que el conjunto de la sociedad y el estado ecuatoriano reconozcan e incorporen los saberes indígenas, los idiomas de los pueblos. Es re – escribir la evolución histórica del Ecuador, dar la relevancia que tienen sus acontecimientos y personajes, que la posibilidad de re – hacer la nación atraviesa por resaltar sus conocimientos y filosofías para generar nuevas comprensiones sobre desarrollo y bienestar.

El planteamiento de la interculturalidad ha sido un aporte clave de los movimientos indígenas para motivar, desenvolver los procesos de descolonización en las ciencias sociales, en las artes, incluso en los debates epistemológicos.
En los últimos años ha quedado claro que el planteamiento de la interculturalidad que genera irritación incontenible en la ultra – derecha sea europea como americana.

Sumak Kawsay – Buen Vivir

En el documento “Nueva Constitución” se plantea : “El sumak Kawsay es un principio ancestral que propone el buen vivir, deberá fomentar la convivencia armónica de las personas y los pueblos entre sí y con la naturaleza. La biodiversidad y la naturaleza no son una mercancía más que se compra y se vende y a la que se explota irracionalmente, la naturaleza es la Pachamama, somos parte de la misma, por tanto, la relación con los componentes del entorno natural debe ser respetuosa”. (Conaie : 2007, pág. 21)

En el documento “Proyecto Político” se señala que : “las nacionalidades y pueblos practicamos una Filosofía Integral donde humanos y naturaleza están en estrecha y armónica interrelación garantizando la vida de todos los seres. La conciencia histórica ratifica la Filosofía Integral practicada por las Nacionalidades y Pueblos, que hemos sobrevivido a la explotación, al genocidio, al etnocidio y al sometimiento deshumanizado de la civilización occidental” (CONAIE, 2001 : 2.1)

Comentando el componente del Sumak Kawsay – Buen Vivir, coloca al centro del debate uno de los puntos medulares de la modernidad occidental : las relaciones entre los seres humanos con la naturaleza, entre la “ideología del progreso” y las nociones bienestar colectivo que incorpora respetar la naturaleza. Para los pueblos indígenas, en sus códigos de vida y también en sus prácticas territoriales, se debe buscar una relación de armonía, bajo los postulados de que todos los seres tenemos vida, eso implica que la naturaleza también, y de que es necesario buscar una situación de equilibrio que posibilite la pervivencia integral de humanos y ecosistemas.

Como lo expone la dirigente Nina Pacari : “El Sumak Kawsay que en la traducción literal es el “buen vivir”, o “vida plena”, resulta ser reductiva de la noción que han desarrollado los pueblos originarios, está orientado desde el sujeto colectivo, lo que quiere decir : mi bienestar solo en la medida en que todos los otros se encuentren en situación de equidad. En esa medida hay equilibrio y equidad. Al plantearlo así se convierte en un paradigma para fortalecer no solo las vivencias en los territorios comunitarios sino en el ámbito general” (Pacari : 2021, p. 19) [6].

Pacari al tiempo que alerta sobre la reducción de una traducción literal, coloca la noción de Sumak Kawsay dentro de una perspectiva de bienestar colectivo sustentado en equilibrio y equidad entre todos los seres humanos y de estos con la naturaleza.

Las visiones del Buen Vivir entran en confrontación en primer lugar con las ofensivas extractivistas, especialmente aquellas que se despliegan en territorios indígenas y de preservación de ecosistemas, la evolución de la “Iniciativa Yasuní” es un buen ejemplo de ello [7]. Ha sido un punto de confrontación tanto con las tendencias neoliberales como las tendencias desarrollistas.

Los debates alrededor del Sumak Kawsay – Buen Vivir han sido tan potentes que, en el escenario de la Asamblea Constituyente 2007 – 2008, dio lugar a la aprobación de los Derechos de la Naturaleza (Constitución 2008, capítulo 7).

Perspectiva integral y de cambio del programa

Por afanes expositivos hemos abordado sintéticamente los puntos medulares, pero se trata de un Programa social, político y cultural integral, que enfrenta en primer lugar la colonialidad del poder pero también cuestiona puntos medulares del patrón de acumulación capitalista en nuestros países y confronta con uno de los pilares de la dominación global : el racismo y la ideología del progreso y la modernidad.

No es solo un Programa Indígena para los indígenas, es una propuesta desde los pueblos y nacionalidades indígenas para la transformación de todo el país, a nivel económico, estatal e ideológico.

Es un Programa cuya evolución y divulgación ha transitado junto a estrategias de acción e incidencia, como lo expone bien el dirigente Luis Macas : “los pueblos y nacionalidades indígenas, a través de la Conaie, se trazan dos líneas de acción : una línea reivindicativa hacia conquistas pragmáticas necesarias, y otra linea fundamental que es la estratégica, indispensable para generar el cambio, acciones y comportamientos que han sido evidentes en su trayectoria de lucha. Un tema central es el de la Plurinacionalidad, entendemos a través de este concepto la existencia histórica de la diversidad de los pueblos… así el movimiento indígena asumió en un momento determinado el poder de cuestionar al estado uninacional, colonial, de opresión, y se compromete a enfrentar y luchar contra el modelo político – económico que nos afecta a la mayoría de la sociedad” (Macas : 2021, p. 27) [8]

La trayectoria del Programa expuesto tiene una vitalidad política, que logra articular diversos planos de acción e incidencia, que va sumando adherentes y reconocimientos, hasta obtener una condición de vanguardia para la etapa política concreta de 1990 a 2008, en la estrategia del movimiento indígena ecuatoriano el punto cardinal es la Plurinacionalidad, es decir la penetración en el sistema político y el reconocimiento de territorios y la gobernanza comunitaria, así se previene de otras tendencias, como el multiculturalismo, que puede reconocer saberes y culturas, pero que su participación política se mantiene en los márgenes y reducida a lo específicamente indígena. Por eso es relevante el acento que coloca Macas al propósito de “luchar contra el modelo político – económico” de opresión y coloniaje.

Alrededor de la lucha por este programa el movimiento ecuatoriano ha desplegado acciones como los Levantamientos Nacionales, los mas recientes son aquellos de 2019 y 2022, estrategias políticas relevantes como la demanda por procesos constituyentes, en momentos concretos ha arrinconado a los gobiernos de turno, ha generado adhesiones en los sectores y organizaciones populares, y ha provocado que en las clases y capas urbanas hubiera definiciones políticas e ideológicas que arrinconan al racismo.

Sus nociones e impactos sociales y culturales han removido a sectores intelectuales y académicos, dando aliento a tendencias como las referidas a la decolonialidad y el poscolonialismo.

La evolución política del Programa Plurinacionalidad, Interculturalidad y Buen Vivir, alcanzó su logro mayor en la Constitución 2008 [9], que en su texto incorporó Plurinacionalidad, Interculturalidad y Buen Vivir, así como su aprobación en un referéndum nacional, con el apoyo del 64% del electorado. Su devenir posterior registra altos y bajos, se confronta con el desarrollismo y el neoliberalismo, pero eso podría ser abordado en otro artículo.

Finalmente, sugiero que estamos ante un nuevo momento : es un programa vigente que se expande más allá de las fronteras patrias y de los avatares de una organización en específico ; ha logrado sobrepasar sus propios límites.

Las nociones y demandas por la plurinacionalidad, interculturalidad y buen vivir, interpelan a una mundialización sumida en la guerra, el colonialismo y racismo.


NOTAS:


[1] Andrés Guerrero (2018). “Antología del Pensamiento Crítico Ecuatoriano”, pp. 343 - 388. (disponible en el portal web de Clacso: https://www.clacso.org/antologia-del-pensamiento-critico-ecuatoriano-contemporaneo/
[2] El documento “Proyecto Político de la Conaie - 1994” se puede descargar del portal web Yachana : https://www.yachana.org/earchivo/conaie/proyectopolitico.pdf
[3] El documento “Proyecto Político de las Nacionalidades y Pueblos del Ecuador - 2001” se puede descargar del portal web Llacta : http://www.llacta.org/organiz/coms/com862.htm#:~:text=El%20Proyecto%20Pol%C3%ADtico%20que%20la,los%20campesinos%2C%20obreros%2C%20mujeres%2C
[4] El documento “Propuesta de la Conaie frente a la Asamblea Constituyente 2007” se puede descargar del portal web Yachana : https://www.yachana.org/earchivo/conaie/ConaiePropuestaAsamblea.pdf
[5] Patricia Gualinga (2021) “Proceso Constituyente y Buen Vivir 2007 – 2022” pp. 53 – 62. (disponible en portal web del CETRI)
[6] Nina Pacari (2021). Proceso Constituyente y Buen Vivir 2007 – 2022, pp. 15 - 14 (disponible en portal web de CETRI )
[7] La “Iniciativa Yasuní” se refiere a la propuesta de no explotar las reservas petroleras que están ubicadas en la zona de reserva ecológica Yasuní, en la región amazónica. Anteponer una perspectiva ecológica a una perspectiva extractivista. En un reciente referéndum, en octubre del 2022, la mayoría de la población del Ecuador, un 59%, se pronunció por clausurar los yacimientos petroleros instalados.
[8] Luis Macas (2021). Proceso Constituyente y Buen Vivir 2007 – 2022, pp. 25 - 34 (disponible en portal web de CETRI
[9] Constitución del Ecuador 2008, disponible en el portal web de la Asamblea Nacional : https://www.asambleanacional.gob.ec/sites/default/files/documents/old/constitucion_de_bolsillo.pdf


*Texto publicado originalmente en el portal web Cetri: https://www.cetri.be/Frente-al-horror-de-la-guerra?lang=fr y con autorización del autor.


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